21 mayo, 2010

Ya no estoy pa estos trotes.

Abalanzarnos como adolescentes británicos en el tumulto, pegar codazos a lo ska, pasear por encima de nuestras cabezas al weón más flaquito, agarrar a besos a un veterano falso de Joe Strummer, por muy ebria que esté, ya no. Lo hago a ratos luego me arrincono donde las patás voladoras y las convulsiones no me alcancen. Epifánicamente me detengo a pensar, y es difícil pensar en medio de una masa de humo de cigarro, que podrían sacar una ley que prohiba fumar donde haya gente bailando como en Brasil, o por qué aún no llegan los tiempos de la discriminación positiva y una no tenga que quedar mal por decirle a un fumador, apaga tu weá. La conciencia del humo, el saberlo ahí, sentir que se pasea por cada lugar de mis fosas nasales, subiendo hasta hacer sinapsis con mi cerebro. Al otro día nunca fue el Cooler de la carta, ni la chela, ni el malo Mojito que Pol nos llevó a beber el culpable de TAMAÑA CAÑA sino que fue el puto cigarro. No le dije nada a la Fefi porque ya cree que soy lo demasiado mañosa como pa ser ermitaña y yo quiero seguir bailando en tokatas tributo a The Clash. Ojalá pa la próxima se toquen esta...


No hay comentarios: