Finalmente Chile juega. Le dije al Marcos que no iba a ver el partido porque prefería dormir-Cómo, no vai a ver el partido de Chile-sé que lo consideró una aberración, pero a las 7:30 de la mañana nadie puede...
Nadie puede dormir. El Nacho me echa abajo de la cama de un sólo grito, los vecinos tenían a todo chancho el Himno Nacional. Nacho me webea y dice que no me va a dejar dormir y que el partido ya comienza. Qué más da, me levanto, madre me ofrece un cafecito, Nacho parece nervioso. Gabriel y padre lejos, en el colegio y en la pega, ni caché cuando se levantaron.
Primer tiempo...Me paro a buscar el plumón pa taparme y Nacho me reta porque me cruzo por la tele, tele plana high definition por y para el Mundial. Al rato Nacho me odia, mis comentarios y mis preguntas-Echo de menos a mi papá, es lo más penca ver el partido con mujeres-me da rabia porque pudo perfectamente dejarme dormir...
Una amarilla que no sé por qué, un offside que no sé por qué. Me jacto de por lo menos estar atenta y derrepente un gol. Gol del negrito. Uy está más o menos el negrito. Uy está entero rico. Me declaro fan del negrito. Le pregunto a Nacho que cómo se llama, me pega un pape, abre la puerta y sale a gritar el gol afuera. Pareciera que todos hacen lo mismo en el resto del pasaje, varios gritos entran desde afuera. Entra también el olor a asado, asado en la mañana, pienso que algo fantástico podría pasar: los vecinos invitandonos a comer a carne...pero no pasa.
Segundo tiempo no lo aguanto, duermo.
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