11 mayo, 2010

Ay Duff, me haces tanto pensar!!!

He pasado horas aquí desde que el internet llegó a mi casa. Leo sin descanso, posteo y comento compulsivamente, supongo que durará lo que dura el entusiasmo del juguete nuevo. Los técnicos vinieron temprano a hacer la instalación, yo me encargué de todo, madre a esas horas se mete en el quehacer cotidiano del aseo y el almuerzo. Me vi obligada a faltar a clases, qué buena justificación , como trabajé vendiendo servicios de internet algo sé de cagar al cliente. Por ejemplo, los tipos querían dejar internet sin wifi que no fue lo acordado. Hinché majaderamente hasta que me solucionaron el asunto, cosa que madre no habría hecho, me di la paja de verificar que la hoja a firmar dijera sólo lo dispuesto y los largué, no antes.
Estudiar…no se puede, simplemente no se puede. A penas le doy un vistazo a los apuntes de lingüística.Prefiero repasar en mi mente las apreciaciones de mi profe de literatura en su perfecto brithish. La Pauliners dice que el profe es un caso porque no tiene interlanguage, ni una sola pisca de su acento argentino salpica cuando habla de Edgar Allan Poe y exagera las tíldes donde corresponde cuando acentúa CorTÁzar, y es justo en ese instante cuando se me viene, como en la previa del orgasmo, una contracción agradable en el bajo vientre. Raro igual, porque es rubio e insípido, nada que corresponda a mi gusto, nada parecido a mi pretérito y fatal gusto por Nick Carter. Puaj! Es definitivamente un asunto de letras. El tipo es seco y le emociona saber lo que sabe, lo disfruta. Nos mató cuando dijo: y si resulta que Fortunato y Montresor son la misma persona? Y todos: oooooooooooooh! Cómo si estuviera describiendo el desenlace inimaginable del peor de los crímenes conocidos hasta hoy. Quedamos impactados, jamás le habríamos dado ese giro a la historia de Poe “The cask of amontillado” de no ser por el point of no return que él nos lanzó. Fue el climax de la clase.

No hay comentarios: